Actualmente, gran parte de los fabricantes de automóviles emplean como material para sus procesos de fabricación el aluminio gracias a los numerosos beneficios que representa, como: dureza, resistencia, ligereza, manejabilidad, ahorro de combustible, así como también disminución de emisiones contaminantes. Después del acero, el aluminio resulta ser el metal más utilizado en la industria del automóvil.
Quienes se dediquen al proceso de transformación y ensamblaje de automóviles deben saber que casi cualquier parte de este puede ser elaborado con aluminio. Una amplia variedad de aleaciones y procesos ofrece a los diseñadores magníficas oportunidades. El aluminio es de los materiales más fáciles de trabajar y se produce en hoja, rollo o cinta para posteriormente ser transformado en un rango casi ilimitado de formas. A continuación, mencionamos algunas de ellas:
El principal motivo de la utilización de una lámina de aluminio en la fabricación de carrocerías es la ligereza, ya que con ello se obtiene un vehículo con menor motorización, ahorro en combustible y emisiones CO2. También mejora el rendimiento y aumenta aceleración.
Al ser diseñado para transmitir la potencia de un automóvil, un eje de aluminio es evidentemente más ligero, fuerte, rendidor y seguro que uno de acero.
Los fabricantes de camiones de uso pesado deben saber que los transportistas de largas distancias buscan aligerar sus camiones lo más posible y es por esto por lo que están dispuestos a pagar una diferencia en el precio. Los ahorros en peso con los rines de aluminio son enormes y requieren de un mantenimiento menos intensivo.
Más eficiente que el cobre o latón, una lamina de aluminio transformada en radiador, aumenta su capacidad para enfriar el motor y es más duradero contra grietas y deformaciones. Las características de peso ligero y la capacidad de refrigeración hacen de los radiadores de aluminio una excelente elección para su uso en autos de carreras y vehículos deportivos.
Las aleaciones de aluminio empleadas normalmente para la construcción de pistones pueden clasificarse en 3 categorías: aluminio-cobre, aluminio-cobre-níquel (o hierro) y aluminio-silicio. Las aleaciones más empleadas son las últimas, puesto que ofrecen óptima resistencia mecánica y coeficiente de dilatación bajo, junto con elevado coeficiente de conductibilidad térmica.
Su utilización es óptima para motores destinados a vehículos de competición, finalidades aeronáuticas o motores portátiles, donde se anteponga la ligereza del conjunto. Otra característica es que desvanece más calor que el acero, cualidad que es fundamental para motores potentes.
En cuanto a la deformación de los elementos que absorben energía como consecuencia del impacto, los sistemas de aluminio permiten una notable mayor absorción de energía por unidad de peso que los sistemas tradicionales. Un cálculo aproximado estima la reducción de peso potencial en más del 40%. Por ello, el aluminio encaja perfectamente en los parachoques frontales, traseros y laterales.
El chasis ligero reduce en más de un 40% el peso comparado con los chasises de acero, lo que aumenta la eficiencia del combustible y la carga útil. Además, el aumento de la rigidez de la estructura duplicará la fuerza, lo que permite un desplazamiento más suave.
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